Trabajo cada día con el objetivo de aportar valor, conocimiento, y, por qué no, un trocito de mí, a las personas que buscan cuidarse, quererse y crecer.
Confío en el potencial que tiene el ser humano para reconstruirse. Confío en el poder de la emoción y la palabra. Confío en que la felicidad puede dejar de ser una utopía.
Lucho por que la psicología de calidad sea accesible a todas las personas. Una parte de mis proyectos va dirigida a crear espacios terapéuticos y formativos de bajo coste para que nadie se quede fuera. Porque, sin salud mental, no hay salud.
Y porque si estamos en guerra por dentro, fuera jamás encontraremos la paz.


